Número 3 (2025)

DOI:10.63206/GDI.2025.3

Durante años, hablar del papel de las mujeres en la animación, la ilustración y los videojuegos era hablar de ausencias. Se hablaba de las pioneras, de las excepciones, de los “casos singulares”. Pero no se hablaba de estructuras, de lógicas de poder, ni de todo lo que ha sido sistemáticamente invisibilizado.

Este número nace precisamente de esa necesidad: la de mirar con lupa, y con otra mirada, los procesos de creación en tres campos que, aunque se presentan como innovadores, siguen arrastrando desigualdades. Porque mientras el discurso oficial celebra la innovación, las cifras de mujeres en posiciones de decisión creativa siguen siendo mínimas, y los proyectos firmados por autoras siguen recibiendo menos visibilidad y reconocimiento.

Desde la academia, el arte y la práctica profesional, este monográfico se propone poner en valor la mirada de las mujeres y diversidades en estos ámbitos. No solo desde una perspectiva de denuncia, sino como acto creativo y político. Aquí no hay “añadidos”, sino proyectos sólidos, investigaciones profundas y propuestas visuales que cuestionan lo establecido y abren nuevas vías de representación.

El recorrido que ofrece este número es múltiple: se analizan las prácticas colaborativas, los discursos visuales, los diferentes lenguajes y técnicas, las formas de resistencia simbólica y la reapropiación de géneros tradicionalmente considerados “masculinos”. Desde la ilustración editorial hasta los videojuegos autobiográficos, pasando por la animación experimental y otras narrativas, cada aportación es una forma de posicionamiento.

Como coordinadora, aplaudo la diversidad de voces que se recogen aquí. Algunas vienen del ámbito universitario, otras del profesional, y muchas transitan entre ambos. Todas tienen algo en común: el compromiso con hacer visibles otras formas de narrar, de diseñar y de imaginar.

Este número no pretende cerrar nada. Al contrario: es una invitación a seguir investigando, enseñando y creando desde enfoques que cuestionan las jerarquías, amplíen las estéticas y abracen la pluralidad de cuerpos, géneros y relatos.